10- ⏳ Serie Histórica: Islam medieval – Relatos de poder y sumisión 📖
Aunque a menudo se olvida en los relatos occidentales, la cultura islámica medieval fue una de las más sofisticadas en cuanto a erotismo, narrativas de poder y exploración de los deseos. En medio de una sociedad profundamente jerárquica y religiosa, surgieron textos que hablaban abiertamente de placer, obediencia, castigo y entrega.
“Las mil y una noches”, por ejemplo, no solo son cuentos de fantasía, sino también relatos sobre el poder de la palabra, la astucia, el control emocional y el deseo. Un juego sutil de dominación y sumisión que sigue resonando.
La Palabra como Arma de Control y Seducción
En esta cultura, el deseo no se expresa con el cuerpo expuesto, sino con el ingenio, los silencios y la tensión narrativa.
🔹 Sherezade, la sumisa que dominó al sultán
Cada noche, la protagonista cuenta un cuento que deja al sultán al borde del deseo y la curiosidad.
Su vida depende de mantener su atención: domina con la palabra, seduce con el control de los tiempos.
Esta figura representa una forma de poder silencioso: quien narra, domina. Quien escucha, se rinde.
🔹 El placer como estrategia diplomática
En muchos relatos, la entrega no es castigo sino moneda de cambio, forma de pactar, de sobrevivir o ascender.
Las descripciones de cuerpos, posturas, encuentros, aunque veladas, son intensas y muy cálidas.
🔹 Cómo se negocia el deseo
A diferencia de otras culturas que imponen o reprimen, en estos relatos los personajes negocian el deseo: a veces pactan la entrega, a veces retan los límites del otro con astucia y picardía.
Hay roles, hay jerarquías, pero también mucho juego. Una especie de protocolo sensual que se mueve entre el control y la rendición.
¿No es acaso esto lo que buscamos en una buena escena D/s? Un equilibrio de tensión, inteligencia, seducción y entrega.
La Religión, el Silencio y el Tabú
Aunque el islam oficial reprime la expresión sexual, los textos poéticos y eróticos de la época muestran que el deseo nunca fue eliminado, solo desplazado.
🔹 El tabú como erotismo
Lo prohibido se vuelve más deseable. Y en muchas historias, el sexo y el poder están ligados a lo escondido.
🔹 El deseo como acto de fe o resistencia
En algunos textos, la entrega al otro no es sólo erótica, sino espiritual. Se funden el placer y lo sagrado, lo que recuerda algunas formas de sumisión devocional en el BDSM.
🔹 La figura del amo y el esclavo
El contexto de esclavitud también impregnaba las narrativas, con roles de dominación muy marcados.
Aunque no consensuado en su época, esos mismos roles han sido resignificados hoy bajo otras reglas: consentimiento, respeto, deseo compartido.
La belleza de lo que se insinúa, el poder de la astucia, la sumisión como estrategia: el Islam medieval tenía más BDSM del que se suele reconocer.
Obras, cuerpos y placeres refinados
🔹 Textos eróticos y manuales del arte de amar
Obras como El jardín perfumado (Al-Nafzawi) o El collar de la paloma (Ibn Hazm) mostraban sin pudor técnicas de seducción, dinámicas de poder en la cama y descripciones muy precisas sobre el placer físico y emocional.
Estos textos proponían una visión activa del deseo femenino y masculino, con juegos de rol, ritmo y control que hoy veríamos como pura inspiración BDSMera.
🔹 La cortesana como maestra de control sensual
Algunas esclavas o concubinas eran formadas en arte, música, poesía y placer. Eran capaces de dominar a sus dueños con una mirada, una palabra o una pausa calculada.
Este rol de mujer instruida, culta, capaz de seducir con inteligencia más que con sumisión, tiene ecos clarísimos en el arquetipo de la Dómina moderna.
🔹 Harén: jerarquía, tensión y castigos suaves
Dentro del harén, no todo era placer pasivo. Había juegos de intriga, celos, rangos y privilegios marcados.
Quien se equivocaba podía perder su estatus o pasar a la sombra. Un microcosmos de control, manipulación, obediencia y premio, que bien podría servir de estructura para una escena de juego psicológico consensuado.
🔹 Perfumes, baños y erotismo sensorial
El cuerpo se preparaba con esmero: baños de vapor, aceites, depilación ritual, aromas intensos.
Esta atención al cuerpo como templo, como objeto de placer para une mismx o para otres, forma parte hoy del BDSM más sensorial: aftercare, juego de temperaturas, caricias conscientes.
Mientras unos pensaban en castigar el deseo, otros aprendieron a contarlo. A disimularlo. A jugar con él. A convertir la tensión en placer y la palabra en cuerda.
¿Y tú? ¿Dominas con la lengua o te entregas al hechizo de quien sabe narrar tus fantasías mejor que tú? ¿Cuánto erotismo hay en lo que no se dice?
Cuéntamelo, si te atreves.
Dama_Vlc 🖤